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La Falta de Componentes Electrónicos y sus Consecuencias para la Industria

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En el mundo contemporáneo, los componentes electrónicos se han convertido en el oro moderno. Prácticamente todas las industrias que existen, desde la del automóvil hasta la de la moda, utilizan este tipo de elementos, ya sea implementados en los propios productos que fabrican, o bien como parte de las máquinas que intervienen en el proceso de fabricación. Siendo eso así, su escasez provoca siempre grandes problemas que pueden tener consecuencias nefastas.

A lo largo de este artículo se va a tratar más detalladamente esta cuestión, con tal de enfocar el tema en la información más relevante al respecto. Se planteará la importancia general de los componentes electrónicos, los motivos que explican su escasez y las consecuencias que de tal situación se derivan; consecuencias que, como podrá observarse, son más graves de lo que pudiera parecer a primera vista.

La importancia de los componentes electrónicos

Se ha comenzado este artículo refiriendo directamente a la importancia que los componentes eléctricos tienen en la actualidad. Intuitivamente, esta afirmación no resulta chocante, pues se puede comprobar fácilmente como todo lo que a día de hoy se comercializa está empapado de tecnología, o bien se ha empleado tecnología para su fabricación.

Así, cuando se habla de tecnología, se habla concretamente de una serie de elementos tales como los semiconductores necesarios para la fabricación de cualquiera de los tipos de circuitos, microchips y las baterías. Todos ellos son elementos que, hace tan solo unas décadas eran absolutamente impensables. Sin embargo, en la actualidad lo impensable es vivir sin tener acceso a ellos.

Además, en un primer momento tales elementos fueron especialmente importantes en los mercados del primer mundo, pues tan solo sus clientes eran capaces de afrontar el coste de adquirir elementos de última tecnología. No obstante, durante los últimos años, se ha sumado al hecho del progresivo crecimiento de las economías emergentes, el progresivo abaratamiento de los elementos electrónicos, disparando su demanda a máximos nunca vistos antes.

Siendo esta la realidad, no parece llamativo que se diga que toda situación de escasez o falta de este tipo de componentes dé lugar a consecuencias que son casi insospechadas. Industrias de todas los sectores, fabricantes de todo tipo, países de todo el mundo y, sobre todo, clientes de todas las sociedades se ven afectados directamente en caso de una situación así. Además, si la cuestión llegase a agravarse demasiado, podría incluso llegar a hablarse de todo un colapso industrial en el que la demanda superaría con creces a la oferta. En consecuencia, esto provocaría la necesidad de reestructurar los productos ofrecidos, quedando muchas necesidades de los potenciales clientes totalmente insatisfechas.

Pues bien, la realidad es que, actualmente, se está viviendo una época de escasez que, seguramente, empeorará durante los próximos meses. Sus efectos no han tardado en hacerse notar y ellos van a recogerse en las próximas líneas.

Razones que explican la escasez de componentes

Ya ha quedado suficientemente claro que se está viviendo una situación de falta de componentes electrónicos; ahora bien, ¿cuáles son las razones que lo explican?

Evidentemente este es un problema más complejo de lo que a primera vista pueda parecer y, como tal, cuenta con un conjunto de causas que no pueden simplificarse fácilmente. Sin embargo, con tal de poder facilitar la comprensión, puede decirse que las razones que explican la situación actual son, fundamentalmente, las siguientes:

  • Aumento exponencial de la demanda: el aumento de productos que implementan en su proceso de fabricación o bien en su interior elementos electrónicos, así como el conjunto de individuos de renta media del planeta que los demandan ha sido muchísimo más rápido que el desarrollo de nuevas fábricas que provean de ese tipo de componentes. Esto ha supuesto que la demanda crezca a mucha mayor velocidad que la oferta, dando lugar a un evidente desabastecimiento.
  • El chipageddon y su relación con las restricciones por la pandemia: lo anterior no se explica si no se tienen en cuenta las circunstancias actuales de la pandemia. Muchas veces, los mayores fabricantes de semiconductores sitúan sus fábricas en países en vías de desarrollo. Estos son los países que, precisamente, más duramente están siendo golpeados por la pandemia del coronavirus. La aplicación de restricciones a la movilidad y otro tipo de medidas para luchar contra los contagios, frenan enormemente el ritmo de fabricación, haciendo que la oferta se reduzca todavía más.
  • La lentitud en los procesos de abastecimiento: realidad que cuenta con estrecha relación con lo dicho en el párrafo anterior es la de la lentitud en los procesos de abastecimiento. Y es que las medidas restrictivas derivadas de la pandemia no solo afectan a las fábricas, sino que principalmente tienen incidencia en los movimientos internacionales, pues el ritmo de las exportaciones se ha detenido. Fronteras cerradas, líneas aéreas y marinas a medio gas, controles estrictos de acceso… Este tipo de cuestiones ralentizan los proceso de fabricación que, como se ha dicho repetidas veces, tiene como consecuencia principal, una vez más, la reducción en la oferta disponible.

Se ha comentado que las causas son, en realidad, de gran complejidad y amplitud. Sin embargo, lo dicho hasta este punto resulta lo suficientemente ilustrativo como para comprender en gran medida cómo se explica la situación que se está viviendo en la actualidad con respecto a este punto, pues reúnen las razones principales y de mayor relevancia.

Consecuencias de la falta de componentes

Muchas son las consecuencias que pueden derivarse de la falta de componentes electrónicos en las cadenas de montaje de diferentes sectores industriales que van desde la industria automovilística, pasando por la industria del deporte, como las bicicletas, la industrial del wellness como los spas, o la industria electrónica. Desde la reducción de los productos enviados a las tiendas hasta el aumento de precios que incluso ha afectado a la producción de telas a nivel internacional. Sin olvidarnos de como ha afectado a la reducción de prestaciones, la eliminación de productos de los catálogos de los fabricantes, la necesidad de cerrar fábricas y despedir a trabajadores (tal y como recientemente ha hecho Renault en sus plantas en España, pues ha llevado a cabo un ERE por contar con demasiados trabajadores para el volumen de trabajo actual).

Ahora bien, esta cuestión ha de analizarse a través de los siguientes dos puntos.

La multitud de industrias afectadas

Ya se ha dicho varias veces que este problema afecta a multitud de industrias. No obstante, con tal de ejemplificar la situación, se ha de atender a algunos ejemplos.

En primer lugar se encuentra el caso de la telefonía móvil. La falta de semiconductores ha ocasionado que empresas como Samsung se hayan pronunciado ya al respecto, afirmando que es muy posible que la producción de algunos de sus dispositivos (como el Note) se vea afectada.

En segundo lugar se halla el caso de los fabricantes de bicicletas eléctricas. Este producto de enorme popularidad en los últimos meses precisa del uso de unas baterías y otros componentes concretos de los que existe escasez. La empresa multinacional Giant ya ha avisado de que muy probablemente tendrá que subir precios y reducir algunas de las prestaciones de sus productos hasta recuperar el volumen de todos sus proveedores.

Un caso especial es el de la domótica. Esta industria de enorme interés, que supone un grandísimo avance en la implementación de las comodidades de la tecnología en la vida diaria y que cada vez cuanta con un mayor número de clientes satisfechos, está enfrentando también ciertos problemas. Dado que se trata de tecnología totalmente puntera, sus componentes utilizan elementos electrónicos especializados, y la falta de alguno de ellos impide el correcto funcionamiento de la estructura. Afortunadamente, esta importantísima y creciente industria, con multitud de usos diferentes, pero todos destinados a facilitar la vida a sus usuarios, todavía cuenta con buena salud por lo que no presentará grandes problemas para afrontar la situación.

¿Hasta cuando durará la escasez?

La situación que hasta este punto se ha venido presentando puede alargarse durante varios meses, tal y como aseguran los expertos. Así, aunque es difícil realizar predicciones seguras en este tipo de situaciones tan complejas, lo cierto es que muchos auguran que la recuperación de la plena normalidad en todos los puntos de la cadena de fabricación y distribución de componentes de tipo eléctrico podría alcanzarse en a lo largo del año 2022. Eso supone que todavía quedan, como mínimo, en torno a 12 meses de escasez.

En todo caso, tales predicciones pueden fallar y, en realidad, lo cierto es que se cuenta con suficientes motivos para ser optimistas. Hace unos meses, expertos predijeron que la situación sería muchísimo más grave de lo que ha acabado siendo, pues los fabricantes han sabido desarrollar los recursos suficientes para seguir trabajando. Siendo esto así, puede considerarse también que, quizá, los expertos estén ofreciendo fechas mucho más lejanas de lo que acabarán siendo finalmente. Sea como sea, no puede saberse con seguridad hasta que los meses vayan pasando.

En conclusión, los componentes electrónicos son de importancia radical en el mundo contemporáneo. Contar con un suministro constante resulta indispensable, y es por eso que cualquier época de escasez tiene como consecuencia un gran golpe para la industria en general. Como se ha dicho, esto afecta tanto a la domótica como al automovilismo, pasando por otros sectores como el del ocio (incluyendo bicicletas eléctricas, consolas de videojuegos, monitores, smartphones u ordenadores personales). En definitiva, esto es un tema de gran importancia con respecto al cual se oirá mucho hablar a lo largo de los próximos meses y, en el peor de los casos, años.