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Esta es la Domótica del Siglo XXI

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La domotica constituye un concepto que ya lleva alrededor de dos décadas en las viviendas. Sin embargo, todavía son muchos quienes no saben a qué se refiere esta denominación. Algunos usuarios incluso ya conocen sus beneficios, pero no saben identificarlos mediante esta referencia.

Por otra parte, también los hay que tienen claras las ventajas que la domotica les proporciona, pero no son capaces de desentrañar cómo funcionan los mecanismos que sirven para aprovecharlas. Para todos ellos va dirigido este texto. También para quienes dominan las claves de estas innovaciones, pues, al fin y al cabo, se encuentran en continua evolución.

Por lo tanto, ni mucho menos se trata de un concepto cuyas posibilidades estén agotadas. De hecho, se puede considerar que, en función de las aplicaciones de Internet que se atisban, a la casa domótica todavía le resta un largo recorrido, destinado a mejorar la calidad de vida de las personas.

Cómo se consigue esta mejoría de las condiciones de vida es una cuestión que va a ser abordada en profundidad en los siguientes apartados. A continuación, se desgranan las principales características y aplicaciones de la domótica.

¿Qué es la domótica?

En primer lugar, hay que señalar que constituye el conjunto de sistemas conectados y automatizados que permiten controlar de una forma programada e incluso remota las funciones esenciales de una casa.

Por consiguiente, no es extraño que el concepto domótica se asocie al de casa conectada. A grandes rasgos, cualquier domicilio está en condiciones de ser domótico, pero hoy en día es necesario contar con una buena conexión a Internet para hacer posible que los automatismos funcionen con rapidez y efectividad.

No es tan importante, por ejemplo, el tamaño de la vivienda, pero sí que lo es la antigüedad de la instalación. No cabe duda de que la domótica del hogar conectado va a resultar más sencilla en un inmueble cuyos espacios resulten propicios para la instalación de los más modernos sistemas de telecomunicaciones. Lo mismo se puede señalar acerca de los elementos estructurales y del mobiliario que va a posibilitar funcionar con criterios domóticos.

¿Qué beneficios proporciona contar con una vivienda domótica?

Por otro lado, resulta interesante recalcar que hay una serie de objetivos por los que vale la pena hacer la inversión oportuna para construir una casa conectada o reformar una que no lo era para hacerla domótica, que ambas opciones son posibles.

A grosso modo, las metas que se persiguen con la apuesta por la domótica tienen que ver con incrementar el bienestar de quienes residen en el inmueble. Las principales ventajas que aportan estas viviendas son las siguientes.

– Confort. En primer lugar, hay que tener claro que la domótica favorece el descanso en el hogar, puesto que interconecta funciones relacionadas con el descanso, como las de algunos muebles ergonómicos o los controles de la temperatura o iluminación. Esta comodidad, aparte, se hace patente en que se pueden accionar determinados mecanismos de confort por control remoto, lo que evita desplazamientos innecesarios.

– Seguridad. El perímetro de un domicilio conectado puede estar perfectamente asegurado mediante un sistema de detectores que son capaces de avisar de las presencias de movimientos, humos, incidencias, etc.

– Accesibilidad. Las facilidades para controlar las funciones de la casa a distancia que proporciona la domótica favorecen su utilización por parte de las personas que tengan movilidad reducida. Por consiguiente, cualquier reforma que optimice las conexiones de un domicilio va a suponer su inmediata revalorización.

– Ahorro. Por último, hay que destacar que programar con antelación y criterios racionales de uso ciertos aparatos (termostatos, persianas, etc.) representa un ahorro no solo en esfuerzo y tiempo (como el que se consigue mediante los mandos a distancia y las conexiones a Internet), sino también en dinero. Va a ser más sencillo adaptar el gasto a las necesidades concretas de cada perfil de residentes.

La importancia de la eficiencia energética

Hay un beneficio de la aplicación de la domótica en los inmuebles que va de la mano del último comentado en el apartado anterior. Si bien todos los descritos están relacionados entre sí, el ahorro energético se traduce también en el que se constata en la huella de carbono de cada vivienda.

El ahorro en el consumo de energía no solo supone una disminución de los desembolsos en los gastos corrientes de una casa, como los de los suministros de agua, electricidad y gas. También se materializa en una reducción de la contaminación. No se trata de un asunto menor, puesto que, según el IDAE, el 18 % del consumo energético español ya se produce en el ámbito doméstico.

Los ahorros que se pueden llegar a dar son, por lo tanto, de cientos de euros a lo largo de los sucesivos meses. Por otra parte, quienes tienen sensibilidad respecto a la conservación del medio ambiente aprecian considerablemente esta aportación a la protección de la naturaleza desde el hogar, pues cada contribución cuenta.

Aparte, la consecución de la eficiencia energética, que también está en la línea del concepto Passivhaus, incrementa la cotización de un inmueble. Hay que tener en cuenta que el certificado de eficiencia energética (CEE) se ha convertido en un requisito a día de hoy.

¿Cómo funciona una casa inteligente?

Cuando se emplea la denominación casa inteligente, se hace referencia a que en sus espacios las funciones se ponen en marcha sin la necesidad de que haya un accionamiento personal. Son los equipamientos propios de la vivienda los que, con base en las programaciones que se les han aplicado en virtud de criterios racionales, se van a poner en el funcionamiento oportuno en cada momento.

Una casa inteligente depende de una conexión segura a Internet, como una wifi. El funcionamiento de sus mecanismos de automatización depende, por otro lado, de la implantación en sus objetos y muebles del Internet de las Cosas. Consiste en una conexión situada sobre la superficie de cualquier elemento del hogar.

Los sensores integrados en los terminales que son estos equipamientos van a almacenar unos datos en tiempo real acerca de su entorno. Los envían a una central de procesamiento y, de vuelta, una vez desencriptados los comandos mandados mediante algoritmos, van a activar la función pertinente en cada aparato.

Este sistema puede ser modificado todas las veces que su propietario lo estime oportuno y no va a hacer falta para ello que esté presente. De hecho, una de las principales comodidades de estos protocolos es que pueden ser gestionados desde cualquier dispositivo de conexión de datos. Por ejemplo, desde un ordenador, un teléfono inteligente o una tablet.

Las aplicaciones concretas de la domótica en el hogar

Estas pueden cambiar según las necesidades y preferencias de cada persona. En las siguientes líneas, se ofrece un resumen de las principales materializaciones de la domótica del siglo XXI.

En primer lugar, es preciso resaltar que las ventanas y persianas se pueden abrir y cerrar en virtud de criterios de eficiencia energética. Por ejemplo, para aprovechar los momentos de más sol o sombra del día al máximo. Incluso se puede graduar el filtro de luz que entra en cada momento. De este modo, se logra un interesante ahorro en climatización. Por su parte, los aparatos de calefacción y aire acondicionado también pueden, igual que las ventanas y persianas, activar y desactivar funciones según las temperaturas que se alcancen en cada momento.

Un equipamiento que funciona con unos parámetros muy parecidos es el de la iluminación. Las luces artificiales, en las que últimamente tienen un gran protagonismo los ledes y sus diferentes tonalidades e intensidades, se van graduando en función de la iluminación natural que entra en el hogar. De este modo, se optimizan los gastos en electricidad.

Otra mecanismo interesante es el de los dispositivos de seguridad, que funcionan mediante sensores que pueden detectar los movimientos de las intromisiones indeseadas o, por ejemplo, un escape de gas o una presencia de humo exagerada. Hacen llegar los avisos a una central, desde donde, además de tomarse las medidas pertinentes, se pone en funcionamiento la señal de alarma que va a valer como notificación de que está sucediendo una incidencia inesperada.

Por otra parte, el agua, com recurso de lo más valioso, también es controlada mediante esta clase de dispositivos. De este modo, cabe la posibilidad de tener un control sobre las cantidades que se emplean para fijar un límite. Asimismo, se van a detectar y notificar las fugas que pueden hacer perder mucho dinero. Estas precauciones son extensibles a los sistemas de riego que se pueden organizar de la manera más funcional posible.

Los electrodomésticos también pueden ser configurados mediante programas inteligentes para que optimicen la inversión de recursos que requieren. No solo ahorran dinero, sino que también evitan contaminaciones innecesarias. Incluso pueden ser constatados tanto los programas de mantenimiento como las reparaciones, lo que va a servir para que siempre se tengan estos equipamientos en condiciones óptimas.

En definitiva, la domótica supone un perfeccionamiento de las comodidades en casa que ha llegado para quedarse. Por eso, interesa estar al tanto de sus constantes revisiones a la hora de mejorar su seguridad y sus prestaciones.