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Las aplicaciones modernas de defensa exigen una nueva generación de proveedores de componentes

La licitación en contratos de defensa puede ser muy complicada ya que las compañías se enfrentan a diversos retos de tipo técnico, comercial u organizativo. Los contratistas deben ser capaces de garantizar el cumplimiento de los estándares correspondientes y cuando suministren a determinados países deben conocer las iniciativas oficiales o las principales medidas legislativas vigentes (como LPTA e ITAR en Estados Unidos, por ejemplo). También deben ser capaces de identificar y suministrar la tecnología necesaria de manera que puedan cumplir los criterios en cuanto a prestaciones que establezca el cliente (además de ser suficientemente flexible para asumir cambios en el diseño si los requisitos previstos experimentan un cambio repentino). Al mismo tiempo, deben conseguir que sus precios sean tan competitivos como sea posible pues se espera que los presupuestos de defensa sean mucho más ajustados que en el pasado.
El contexto se ha visto transformado considerablemente durante la última década y en la actualidad una gran parte de los contratistas de defensa está formada por empresas con una plantilla relativamente pequeña cuyos recursos de ingeniería son limitados. No obstante, los plazos asignados para que completen sus proyectos son cada vez más cortos. Todo ello está aumentando la presión sobre los proveedores de componentes en este sector. Como consecuencia de ello, deben desarrollar productos que puedan ofrecer mejores prestaciones y mantener la robustez exigida por las aplicaciones militares, además de ser extremadamente rentables.
También es posible que se les reclame un mayor soporte de ingeniería y todo ello está impulsando los avances tecnológicos y fomenta nuevos enfoques innovadores. En muchos casos, los componentes que forman parte de los sistemas militares deben estar disponibles en el mercado a unos precios que reflejen las crecientes limitaciones que se imponen al gasto militar. No obstante, también deben ofrecer unas prestaciones adecuadas para ofrecer servicios que vayan más allá si se necesitan componentes o subsistemas diseñados a medida. Además, debe existir la capacidad de suministrar estos productos en un plazo corto y sin necesidad de un gasto demasiado elevado (bien sea en cuanto a inversiones no recurrentes en ingeniería al inicio o en los costes reales por unidad).
Principales aplicaciones militares y su impacto sobre el diseño electrónico
Durante los últimos años se ha generalizado el uso de vehículos aéreos no tripulados, que se pueden emplear en misiones de reconocimiento, transporte de equipos y suministros, junto con otras numerosas funciones, sin exponer a las personas a situaciones peligrosas. Es posible que se exija a los vehículos aéreos no tripulados que transporten cargas pesadas y que viajen a larga distancias. Como resultado de ello, e igual que para cualquier otro aparato aéreo, la electrónica incorporada a estas unidades, junto con el cableado que la acompaña, debería ocupar un espacio mínimo para evitar que el diseño final sea demasiado pesado. La misma dinámica básica se aplica también a los vehículos terrestres no tripulados ya que han de aprovechar al máximo sus reservas de combustible. Del mismo modo, la circuitería electrónica incorporada al equipamiento del soldado está aumentando enormemente ante la variedad de sensores, módulos de comunicación inalámbrica, etc.
Dado que la reducción de tamaño, peso y consumo es un aspecto fundamental del diseño militar al nivel del sistema, es preciso introducir grandes cambios al nivel del componente. Es fundamental garantizar el transporte de los datos adquiridos mediante los sistemas detallados anteriormente. Esto se manifiesta en forma de conteni do de la imagen adquirida por las cámaras en vehículos aéreos no tripulados para trabajos de vigilancia o información biométrica generada por los monitores que llevan los soldados y que es necesario procesar/ analizar de forma continua. Junto con estos datos críticos es preciso alimentar estos sistemas. Bajo ambas circunstancias, será preciso especificar conectores de tipo militar que sean capaces de ofrecer una combinación de prestaciones y larga fiabilidad operativa. Deben ser apropiados para su implantación en entornos adversos y contar con el potencial necesario para realizar un gran número de ciclos de conexión.
Como consecuencia de la dinámica asociada a la reducción de tamaño, peso y consumo, en la actualidad se buscan conectores compactos y ligeros. Además de ocupar un mínimo espacio en la placa (de forma que quede espacio suficiente para otros componentes electrónicos, dispositivos de almacenamiento de energía y cables) y no logran una influencia significativa sobre el volumen total del sistema, estos conectores tienen que demostrar la resistencia necesaria para afrontar los impactos, vibraciones, productos corrosivos, etc. También son cada vez más exigentes los niveles de consumo y las velocidades de transmisión de los datos (al igual que la mejora de las prestaciones del sistema), mientras que los formatos son cada vez más pequeños. La densidad del cableado suministrado con estos componentes no deja de aumentar (como respuesta a las limitaciones de espacio que se puede constatar) y esto conlleva problemas de EMI. Los contratistas militares deben ser capaces de trabajar junto a suministradores experimentados de conectores que conozcan a fondo todos estos factores. Los conectores multifuncionales de alta fiabilidad de Harwin cubren exactamente las expectativas actuales de las modernas aplicaciones de defensa. Las soluciones Datamate y Gecko de la compañía han logrado una amplia implantación en buques, vehículos terrestres, vehículos aéreos no tripulados y tripulados. Ambas familias de conectores se basan en una configuración patentada de contactos con varios terminales que mantiene una conectividad eléctrica continua incluso cuando se somete a altos niveles de choques o vibraciones. El pequeño formato de la familia Gecko permite ahorrar espacio y sus carcasas de plástico hacen que sean extremadamente ligeros.
Estos componentes delgados con un paso de 1,25mm alberga un número mucho mayor de contactos que los conectores de sus competidores con unas dimensiones equivalentes (o incluso mayores). Hay versiones atornilladas capaces de resistir niveles elevados de vibración y versiones con carcasa metálica que tienen una malla para el cable que ayuda a superar problemas de EMI, así como protegerlos frente a la amenaza de interferencias. Al eliminar la necesidad de conectores separados para alimentación y datos, la familia Datamate es capaz de ofrecer las opciones de tecnología mixta que pueden transportar hasta una corriente de hasta 40A en sus contactos. El uso de cobre-berilio para crear los contactos permite disfrutar de un amplio rango de temperatura que cubre entre -55°C y 125°C. Harwin cuenta ahora con la acreditación EN 9100, lo cual significa que cumple los estándares de calidad más exigentes que estipula el sector de aviación militar y civil.
Gracias al servicio de montaje de cables que ofrece también la compañía, los contratistas militares pueden subcontratar este elemento complicado del proceso de producción (que exige unos conocimientos sustanciales) sin incrementar las inversiones no recurrentes en ingeniería destinadas a herramientas ni ceñirse a los pedidos por encima de un cierto número de unidades. Por tanto, pueden producir prototipos y a continuación finalizar el concepto de diseño antes de pasar a la fase de producción a gran escala. A medida que la evolución sigue su curso en el sector militar, es necesario suministrar soluciones robustas de interconexión capaces de ofrecer la reducción de tamaño, peso y consumo antes comentada. Al mismo tiempo, deben proceder de una cadena de suministro fiable, sin riesgo de retrasos. Estos conectores también deben tener un precio competitivo sin perder por ello prestaciones.