Recuerdo el día en que compré mi primer equipo de música. Fue a principios de 1992, cuando los equipos constaban de distintos componentes. Había un amplificador, un tocadiscos, un reproductor de cintas y otro de CD, algo sorprendentemente novedoso para la época. Para conectarlo todo, hacía falta un buen mazo de cables que iban del equipo a los altavoces e intentábamos ocultarlos rápidamente detrás de algún mueble.
Treinta años más tarde, ya no tengo un equipo de música, hace tiempo que vendí mis discos y CD y no me acuerdo de la última vez que vi una cinta. Lo que sí tengo es un móvil con una suscripción a un servicio en línea y un altavoz inteligente. No hay cables entre los dispositivos, pero puedo escuchar una cantidad descomunal de música que llega al móvil mediante una red 5G.
El hogar del futuro
Es muy curioso buscar por Internet lo que los científicos y expertos decían en el pasado sobre cómo sería la vida en el siglo XXI. Algunas ideas me recuerdan a las películas de ciencia ficción de los años cincuenta que veía en mi infancia, pero otras predicciones han resultado ser sorprendentemente acertadas. El «descongelador de comida» es muy similar al microondas actual y la idea de tener un televisor en la cocina nos parece totalmente normal, aunque en los cincuenta hubiera sonado ridículo.
Durante las revoluciones tecnológicas de las últimas décadas, muchos diseñadores han vuelto a la idea de un hogar futurístico. Algunos veían el hogar como el centro de una red en la que se conectaba toda la tecnología. Los sistemas estructurados de cables en las oficinas acabaron por formar parte del nuevo hogar inteligente. Se diseñaron nuevos hogares con servicios digitales integrados en el edificio y los propietarios con conocimientos técnicos podrían configurar su vivienda con una red de cable.
El resultado de estas redes domésticas sería parecido a lo que hoy conocemos como el hogar inteligente, donde todo se puede controlar desde cualquier lugar: desde la iluminación y la calefacción hasta los sistemas de entretenimiento. La introducción del 5G ha impulsado aún más esta conectividad inalámbrica y los propietarios ahora pueden controlar casi cualquier elemento de su vivienda desde el otro lado del mundo.
La última generación de dispositivos para el hogar inteligente facilita la instalación. Ya no hay cables por todos lados, sino que la mayoría de los dispositivos usan la conectividad inalámbrica y los fabricantes hacen todo lo posible por facilitar la implantación de su tecnología. Como resultado, la mayoría de estos dispositivos no necesitan ningún conector, aparte de los de alimentación. El altavoz inteligente que tengo en la oficina es un ejemplo perfecto de la simplicidad que la tecnología nos ha traído: tiene cuatro botones y un conector (un micro-USB de alimentación) y toda la conectividad es inalámbrica, así que no hay necesidad de ningún otro hardware.
Los conectores del hogar inteligente
¿Cómo va a afectar eso a los conectores del hogar inteligente? Los fabricantes van a seguir simplificando el uso de sus dispositivos, así que los cables acabarán por desaparecer. La comunicación en distancias cortas se puede hacer por wifi y Bluetooth para servicios de datos, o Qi para la carga inalámbrica. Por otro lado, los dispositivos totalmente inteligentes pueden emplear la red 5G para conectarse a Internet.
Los únicos conectores que necesitarán estos dispositivos son los que suministran la alimentación, y la tendencia de los últimos años en este sentido es el empleo de conectores USB. Estos se combinarán con los enchufes de corriente tradicionales según el estándar del país de cada hogar. La realidad es que, a no ser que necesitemos conectores específicos para las aficiones o el trabajo, en el futuro la mayoría de nosotros podremos prescindir completamente de los conectores. Ya no habrá que guardar un mazo enorme de cables detrás de los equipos.
Esta reducción de conectores también ocurrirá en el interior de los dispositivos. Hace casi veinticinco años, asistí a una reunión con un ingeniero de una gran empresa japonesa de conectores. La empresa estaba muy metida en el sector de la telefonía móvil y suministraba una enorme gama de productos a los gigantes de las telecomunicaciones. El ingeniero nos enseñó un ejemplo del último dispositivo del mercado japonés. En esta época, aún faltaba una gran cantidad de tiempo para que apareciesen los teléfonos inteligentes, pero el modelo era más avanzado que los que teníamos disponibles en Europa.
La reducción de las conexiones
Para mostrar la extensión de la oferta de la empresa, el ingeniero desmontó el teléfono y nos enseñó el diseño de los principales conectores. Cuando terminó, los componentes estaban sobre una mesa y se podían ver los diez conectores del dispositivo. Había un pequeño conector coaxial para la antena, conectores «board to board» (placa a placa) de perfil bajo que unían la placa de RF con la placa principal, y otros conectores para la LCD, la batería y el teclado.
Figura 2. El uso del móvil para controlar el hogar.
Todos estos juegos de conectores suponían un coste para el fabricante, seguramente unos pocos céntimos. Sin embargo, cuando se producen millones de unidades, el coste total puede ser muy elevado. Todos los fabricantes de dispositivos del mundo, tanto de móviles como de interruptores inteligentes, buscarán continuamente la manera de reducir el coste de estos conectores.
Como resultado, los teléfonos inteligentes modernos usan menos conectores que los anteriores. En la mayoría de móviles, ya no se puede quitar la batería. Algunos componentes, como la antena, se montan directamente en la placa de circuito impreso y algunas empresas, como Apple, han eliminado por completo el puerto para los auriculares en numerosos de sus productos estrella. Se puede observar la misma tendencia en el mercado de los dispositivos inteligentes: los fabricantes quieren reducir costes y simplificar los diseños.
Los beneficiados del hogar inteligente
Algunos actores del mercado de los conectores para el hogar inteligente saldrán beneficiados. Todos los dispositivos y electrodomésticos necesitarán alimentación, así que el sector de los enchufes y los adaptadores de CA seguirá siendo fuerte. Cada país tiene su propio estándar, pero los fabricantes han empleado una gran cantidad de recursos en crear soluciones universales que se puedan usar en el mayor número de regiones posible.
Si pensamos en la alimentación, el interés por fuentes de energía sostenibles seguirá creciendo. Los propietarios concienciados con el medio ambiente tienen varias opciones disponibles, como la energía solar y los aerogeneradores y reactores de biomasa domésticos. La salida de estas instalaciones deberá integrarse en el hogar inteligente, así que los conectores de energía solar se seguirán usando.
Figura 3. La energía solar: el punto de encuentro entre el hogar inteligente y la red inteligente.
Sin embargo, si tuviera que apostar por el principal beneficiado de la llegada del hogar inteligente, me decantaría por los conectores USB tipo C. Cuando salieron hace unos pocos años, los USB-C parecían la solución a un problema inexistente. Se vendieron como el conector que acabaría por desbancar a todos, pero había muy pocos dispositivos importantes que lo usasen. Sin embargo, desde su lanzamiento, el USB-C se ha vuelto realmente universal. Casi cualquier tipo de dispositivo imaginable lleva uno, desde los móviles hasta las consolas de videojuegos. Apple es el único fabricante que parece resistirse a su atractivo.
Seguramente, el hogar inteligente no es el mejor lugar para buscar inspiración para nuevos diseños de conectores, pero los pocos que logren una implantación mayoritaria dominarán el sector durante mucho tiempo. Esto no significa que la industria de los conectores vaya a morir, pero, si quiere encontrar variedad, más vale que no la busque entre cuatro paredes.
