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Los sensores inductivos garantizan las inversiones en automatización

Precisión, máxima disponibilidad y una prolongada vida útil son los principales requisitos que deben satisfacer los sensores inductivos. Si la gama de productos está concebida de modo que incluya diseños distintos, permita adaptaciones específicas a las necesidades del cliente o la solución de aplicaciones industriales especiales y ofrezca conectividad de tipo Industria 4.0, está garantizada la automatización inductiva y, por tanto, las inversiones dedicadas a ella.

La planta SICK AG de Waldkirch ha ampliado en los últimos años sus conocimientos técnicos de sensorica al área de competencia de los sensores de proximidad inductivos. Actualmente se dispone de una amplia oferta de productos con gamas y diseños para diversas condiciones ambientales, diferentes alcances, una gran variedad de situaciones de montaje, así como numerosas variantes de conexión, fuentes de alimentación y salidas conmutadas, hasta llegar a IO-Link. Esta oferta de productos complementa de forma óptima la amplia gama de otros principios físicos de funcionamiento y de detección (optoelectrónico, capacitivo o de ultrasonidos), y permite así solucionar aplicaciones de automatización individuales o específicas de cada sector industrial con un alto nivel de rendimiento y calidad.

Una gama de productos que abarca varios diseños para aplicaciones básicas

Por su principio de funcionamiento electromagnético, los sensores inductivos son los más adecuados cuando se trata de detectar sin contacto objetos metálicos. Además, la detección de los objetos se efectúa sin contacto y los iniciadores no contienen piezas móviles. Estas características y la tecnología especial ASIC hacen que los sensores inductivos de SICK sean especialmente robustos y duraderos. Esto es válido para todas las gamas de productos: el diseño rectangular IQ, así como el diseño cilíndrico IH y las carcasas cilíndricas métricas IM e IME. Hay disponibles carcasas de plástico o de metal en dimensiones diferentes, que incluyen diseños pequeños y en miniatura, versiones analógicas para la detección discontinua de distancias, ejecuciones para montajes enrasados y no enrasados, y diferentes tipos de protección, incluida una versión resistente a las altas presiones. A esto hay que añadir variantes con funciones de conmutación mediante contactos normalmente cerrados o normalmente abiertos, con conexión de enchufe o de cable, gamas de productos con distancia de conmutación elevada y series Triplex con distancia de conmutación triple. Además, están disponibles ejecuciones eléctricas diferentes, incluso sensores multitensión, así como dispositivos NAMUR según la norma EN 60947 con certificación de examen CE para zonas ATEX. Gracias a ello, es posible implementar todos los grados de libertad imaginables en las aplicaciones básicas. También los sensores de la gama de productos IQG, por ejemplo, pueden montarse en cuestión de segundos. El sistema patentado Push-Lock permite efectuar un montaje sin herramientas en solo dos segundos, estableciendo así nuevos estándares. Gracias al cabezal sensor orientable en cinco direcciones, la familia IQG puede integrarse en una gran variedad de situaciones de montaje. Sus cuatro LED en ángulo facilitan el control del estado del sensor, con independencia de la posición de montaje. Están disponibles tanto en formato corto, para su uso en la automatización industrial, como en formato largo, para aplicaciones en exteriores. Durante el funcionamiento, los sensores de proximidad IQG destacan por las grandes distancias de conmutación, un gran rango de temperatura ambiente, una elevada resistencia a choques y oscilaciones, así como por su compatibilidad electromagnética. Estos sensores funcionan con una fiabilidad permanente, incluso en entornos muy exigentes con grandes influencias meteorológicas.

Exposición permanente a condiciones especiales

Las aplicaciones estándar en entornos industriales se definen por requisitos moderados, p. ej., IP 67, sin exposición permanente a aceites y refrigerantes, o por una resistencia “normal” a la temperatura. Si las condiciones de uso y ambientales se vuelven más exigentes, se requerirán diferentes características de rendimiento en función del sector industrial y de la aplicación, p. ej., resistencia a la temperatura, resistencia a los productos químicos, estanqueidad, resistencia elevada a oscilaciones y a la intemperie, o funciones adicionales inteligentes. Hasta ahora, era frecuente que estas exigencias especiales se asignaran a sensores especiales diseñados específicamente, pero ahora, con la gama de productos IMB de SICK, se encuentra disponible un “todoterreno” que combina los distintos puntos fuertes de los “especialistas” en un sensor universal. Estos sensores con carcasa de acero inoxidable resistente a la corrosión están disponibles en los diseños M08 a M30 y, entre otras cosas, son específicos para rangos de temperatura de entre -40 °C y 100 °C, el contacto permanente con salpicaduras de agua o la inmersión en ella, pares de apriete de hasta 100 Nm, la resistencia a choques y oscilaciones de hasta 150 g, o para el contacto permanente con aceites de corte y lubricantes refrigerantes. Por tanto, los IMB, como gama de productos, cumplen los requisitos especiales de los sensores robustos e inductivos, tal como se usan, entre otras aplicaciones, en distribuidores de contenedores, en instalaciones de lavado de vehículos, en la construcción de máquinas-herramienta o en portones y barreras en exteriores. Las capacidades de aplicación universal que ofrece la gama IMB permite a los usuarios (generalmente constructores de maquinaria de estos sectores) reducir significativamente la diversidad de modelos, lo que permite gestionar de forma mucho más eficiente todos sus procesos de suministro, ingeniería, logísticos, y de servicios. Tanto desde el punto de vista técnico como económico, la IMB se posiciona entre las distintas gamas de productos estándar inductivas, así como entre la gama de productos ultrarrobusta IMF. También en este caso, se dispone de sensores de acero inoxidable en los diseños M08 a M30 para montaje enrasado y no enrasado, así como para distancias de funcionamiento de entre 2 mm y 20 mm. Como corresponde a su aplicación principal (máquinas e instalaciones destinadas a la producción y al embalaje o al embotellado de alimentos), los sensores IMF destacan, entre otras cosas, por su especial estanqueidad en los tipos de protección IP 68 e IP 69K, un aspecto especialmente importante en aplicaciones en las que es frecuente la limpieza a alta presión de las instalaciones en el sector de la alimentación y las bebidas. Los materiales utilizados (entre otros, acero inoxidable 1.4404 / AISI 316L y el polímero de cristal líquido LCP) son conformes con las normas de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA). El acero inoxidable de los sensores inductivos certificados por Ecolab presenta también una excelente resistencia a los medios clorados, como, p. ej., productos desinfectantes a base de hipoclorito o espumas limpiadoras cloroalcalinas. Además de su gran robustez, los sensores IMF ofrecen también una excelente exactitud, tiempos de respuesta cortos, una puesta en servicio sencilla y un diagnóstico remoto. Las gamas IMB y IMF no implican renunciar a una vida interior “inteligente”, es decir, a funciones inteligentes. Para ello, la tecnología ASIC especial de estos sensores no solo se ocupa del ajuste de alta precisión de las distancias de trabajo y de la compensación de la temperatura, sino también, como opción, de la capacidad de comunicación por IO-Link. A través de esta interfaz, además de recibir información del estado de conmutación, se puede, p. ej., verificar la distancia de conmutación protegida, implementar diagnósticos básicos de funcionamiento para la supervisión de condiciones o ajustar, activar y modificar parámetros como la función de conmutación o de conteo.

Principio de funcionamiento inductivo en el mundo de la Industria 4.0

La interfaz de comunicación IOLink es el lazo de unión con los sensores inductivos con una inteligencia funcional especial, que cobran cada vez más importancia en el entorno de la “fábrica inteligente” del futuro o de la “Internet de las cosas” (IoT). Estos sensores incluyen la gama de productos IMC con las carcasas métricas de los diseños M08 a M30 y la IQC en dos diseños rectangulares. Ambas familias de sensores ofrecen hasta cuatro puntos de conmutación o ventanas programables en un único sensor. Aplicaciones como, por ejemplo, la detección continua o gradual de las posiciones de los mecanismos prensores, la supervisión del estado de apertura o de cierre de los frenos industriales y de su desgaste, o bien el control del movimiento rectilíneo o de la desviación y del desgaste de las cadenas de tracción y transporte, se pueden resolver ahora con mayor elegancia, ahorro de espacio, eficiencia de costes y facilidad de montaje, ya que los distintos puntos de conmutación solo requieren un sensor IMC o IQC. La reducción del número de variantes ofrece otro potencial de ahorro, como es la posibilidad de poder programar los niveles de salida de forma flexible como contactos normalmente cerrados, normalmente abiertos o antivalentes. Los retardos de conexión y desconexión ajustables ayudan a suprimir los rebotes de las señales de forma descentralizada y a optimizar los procesos. También existe la posibilidad de trasladar directamente al sensor tareas más complejas como, p. ej., mediciones de tiempos, tareas de conteo o la construcción de cadenas de señales más complejas, sin tener que pasar por el PLC. Además, estos sensores inductivos ofrecen un alto grado de conectividad para la Industria 4.0, por ejemplo, en la configuración de funciones de diagnóstico ampliadas, un aprendizaje sencillo de la puesta en servicio o la autovigilancia del sensor para asegurar el mantenimiento preventivo. La elevada capacidad de rendimiento en las funciones de detección ayuda a que se puedan resolver adecuadamente tareas de automatización exigentes. A modo de ejemplo, cabe mencionar la realización de análisis de distancias, la supervisión de perfiles de piezas de trabajo, la clasificación, la alineación y el aislamiento de objetos metálicos en el flujo de materiales, o el diagnóstico remoto de procesos y de sensores a través de IO-Link. Aunque su principio de funcionamiento no es necesariamente nuevo en el mundo de los sensores, siempre es posible introducir las innovaciones más diversas en los sensores inductivos. Ya se trate de sensores estándar, sensores universales “todoterreno” o componentes inteligentes, los sensores inductivos garantizan las inversiones en automatización.